¿Quién no ha trazado una línea de tendencia según ha abierto
un gráfico? ¿Cuántos hemos esperado a que la cotización tocara la línea de
tendencia trazada semanas atrás para comprar? O ¿Quién no ha vendido esperando una
corrección al llegar al techo del canal? Seguramente la mayoría de los que
estemos leyendo esto. Pero ¿El resultado fue satisfactorio?
Después de más de dos meses sin pisar aquí, he tenido mucho
tiempo para seguir formándome leyendo nuevos libros, analizar la situación
general del mercado, ver gráficos e intentar interpretarlos mejor y analizar
unas cuantas empresas cotizadas que podrían resultar interesantes.
Con el paso de los días iré escribiendo de todo lo que he
conseguido sacar en claro, voy a empezar hablando de las líneas de tendencia. Quizás
el elemento más básico y más simple del análisis técnico.
Cuando aprendemos a interpretar los gráficos, de las
primeras cosas que hacemos es trazar líneas de tendencia que nos indiquen cual
es la tendencia actual de una acción, ya que como todos sabemos saber cuál es
la tendencia actual de una acción es el primer paso para interpretar un gráfico.
Pero estas simples líneas de tendencias son bastantes
subjetivas. Por ejemplo, en qué puntos nos basamos al trazarlas: un máximo, un mínimo
o el cierre. Nadie ha podido demostrar que un punto sea mejor que otro y como
es bastante subjetivo seguramente elijamos el que más nos convenga debido a
nuestra predisposición hacia la acción que estemos analizando.
El análisis técnico no es algo exacto y sería casi imposible
trazar una línea de tendencia o un canal que cumpliera al pie de la letra dicha
tendencia.
El problema surge cuando decidimos comprar en la base de una
línea de tendencia o vender en el techo del canal. Ya que al ser tan relativo
la colocación exacta de la línea no se puede utilizar ni como soporte ni
resistencia exacta. Nos puede dar una idea de por donde se mueve la acción,
pero no nos puede impulsar a comprar o vender. Ya que es muy posible que las
señales de compra y de venta fueran falsas.
También nos puede impulsar a auto-engañarnos. Imaginaros que
tenemos comprada una acción y tenemos trazada una línea de tendencia que utilizamos
como referencia de soporte. Si por un casual la cotización corta a la línea de
tendencia a la baja es muy probable que lo primero que hagamos sea ir al gráfico
y reducir la pendiente de la línea de la tendencia buscando nuevos puntos de
referencia para que así podamos seguir manteniendo nuestra inversión, así hasta
que acabemos teniendo una línea de tendencia horizontal y no podamos hacer más
que asumir la perdida.
Pero no hay que dar la batalla por perdida, tenemos las
medias móviles que son un gran sustituto a las líneas de tendencia caseras, son
mucho más intuitivas, no son tan maleables a nuestro antojo, las podemos trazar
tanto para ver una tendencia a corto como a largo y las señales de compra y
venta que nos dan suelen ser más fiables.
Como vemos en el gráfico diario de Arcelor, podríamos haber
trazado hasta 5 líneas de tendencia desde el mínimo de los 6€ hasta su escalada
a las 27€. Si nos hubiéramos obcecado en respetar cada línea de tendencia e
interpretar cada ruptura de tendencia como señal de venta nos habríamos perdido
una revalorización de más del 400% en tan solo un año. Sin embargo, si hubiéramos
tomado nuestras decisiones en torno a los cruces de medias o a la pendiente
principal de la MM70 (Medio plazo) nuestra rentabilidad estaría muy cerca de
ese 400%.
Aun así, si eres de los que no puedes ver un gráfico sin
trazar una línea de tendencia hazlo, yo también lo hago, pero si basas tu
estrategia en ellas el riesgo será excesivo. Bastante complicado es luchar
contra el mercado como para tener que luchar también contra tu propia cabeza.
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